¿Y Ahora Qué Sigue?...

¿Y Ahora Qué Sigue?...

En una hermosa tarde de verano que ligeramente conecta con otoño Lya espera con ansía poder ver a su amiga para compartir una estilizada taza de té. Su sala de estar tan organizada y acariciada por la luz del día reflejaban elegancia, buen gusto y decisión, una parte inconsciente de si misma esperaba que sus pensamientos fueran tan fáciles de organizar como su sala de estar.

Al escuchar el timbre una sonrisa parece visitar fugazmente su rostro y revisa su aspecto en el espejo que tiene en el recibidor. Perfecta, justo como su sala.

- ¡Hola! ¿Qué pasó? se me hizo raro que me invitaras a tomar el té entre semana - dijo su amiga al abrazarla como saludo - 

- Me acaban de traer mi mesa de centro nueva de LylaHome y quería estrenarla contigo en una mini fiesta de té - dijo Lya con una sonrisa elegante y ... Perfecta - Ya tengo todo listo solo faltabas tu, llegaste muy tarde - le comentaba mientras se sentaban en la sala

- Me acabas de avisar y vine rápido pero pues el trafico ya sabes como está a esta hora - dijo Ana admirando y tocando rápidamente su mesa nueva que había comprado su amiga para ocasiones como esta, ocasiones que ella sabe que no son parar tomar té - si esta muy bien la mesita, bonita simple y con un toque elegante como todo lo que tienes - dijo asintiendo con la cabeza - pero dijiste que tenías todo listo y no tengo una taza de té sobre tu mesa nueva - dijo mientras buscaba en el rostro de su amiga el momento perfecto para hacer la pregunta correcta en el momento correcto

-Ah! si perdón dame un momento ya traigo todo - se levanto en un segundo sin perder compostura alguna a pesar de la velocidad, Lya siempre había sido una mujer perfecta para los ojos de la sociedad. - mira ya tengo todo - dijo Lya llegando con una charola lista para una mini fiesta del té

Mientras se servían el té y Ana hacía comentarios graciosos y acertados de como Lya se preocupaba demasiado por los pequeños detalles, Lya por un pequeño instante dejo escapar una mirada al vacío carente de emoción y sentido que trató de esconder de su amiga pero Ana había estado escaneándola en todo momento para aprovechar una oportunidad como esta.

- ¿Qué tienes Lya? - preguntó Ana dejando su hermosa taza sobre la mesa de té sin ninguna intención de dejar escapar a Lya sin la respuesta real - 

Lya y Ana eran amigas desde hace ya el suficiente tiempo para conocerse. Buscaba en su cabeza la respuesta adecuada que dejaría satisfecha a Ana y no indagar más en el tema, y por mucho que quisiera decirle la verdad había algo dentro de ella que no quería parecer débil ante ella, Ana siempre había sido fuerte y decidida, su pilar de apoyo pero con algo tan vago como el problema de Lya, Ana probablemente pensaría que el problema no era tan grande. - ¿a qué te refieres? - preguntó Lya para conseguir un poco más de tiempo y encontrar la respuesta correcta - 

- ¿Por qué quieres darle tantas vueltas? - le dijo Ana en un tono que Lya entendió que ella no la juzgaría - somos amigas, no extrañas y te voy a seguir preguntando porque me invitaste entre semana para una mini fiesta de té sin galletas, tu no dejarías pasar un detalle como este - Lya ocultó su reacción y se condenó por hacer una fiesta de té sin galletas que eso si que era un pecado real - así que si no me invitaste para una mini fiesta de té, quiere decir que me invitaste para otra cosa. - un silencio de casi 10 segundos en el que Lya había encontrado la respuesta perfecta por fin, Ana le dijo - Solo dime... - y sin más, con esas dos palabras cargadas de una larga y profunda amistad, Lya sintió que un gran peso dejó su cuerpo, se sintió tan liberada -

- No... - dijo Lya despacio y sin prisa - se... que sigue - al terminar de decirlo destensó todo su cuerpo y se recargó en el sillón con una postura relajada - tengo todo lo que quiero y no se que hacer ahora - buscó los ojos de su amiga y al encontrarlos recordó la fortaleza de Ana de nuevo y lo importante que ella era en su vida - 

- Tu sabes que sigue - le dijo Ana - vamos por galletas... - se quedaron viendo un segundo y empezaron a reír como hace años, como siempre... sin cargas ni problemas, dos amigas platicando, divirtiéndose, sin pretender.

Ambas se pararon y tomaron sus bolsos, Ana tomó el blazer de Lya del perchero y le ayudó a ponérselo, Lya abrió la puerta y salieron juntas por galletas - Eso sigue - dijo Ana y Lya asintió entendiendo a que se refería

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